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La meditación mejora tu salud, pero ¿por qué? La ciencia lo comprueba

Desde las décadas de 1930 y 1940, diversos científicos determinaron que la meditación aporta numerosos beneficios para la salud. Esta práctica alivia, considerablemente el estrés, el aislamiento y la depresión. Quizás no resolverá los problemas de la vida cotidiana, pero ayuda, considerablemente, a desarrollar resistencia interior, equilibrio y fuerza de voluntad para enfrentar las dificultades y, así, solucionarlas de manera inteligente y tranquila.

Uno de los beneficios de la meditación, que se ha documentado ampliamente, estriba en que los individuos que la practican entran en un estado hipo-metabólico, es decir, disminuyen su consumo de oxígeno y, por consecuencia, la producción de bióxido de carbono, relajando prácticamente todo el metabolismo. Esto  fomenta el cabal funcionamiento de los órganos, potencializa la desintoxicación del organismo, a través del hígado o los riñones, mejora la circulación vía el corazón y todo el torrente sanguíneo.Y, todo ello, a la postre, según los especialistas, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, lo cual evita contraer menos enfermedades comunes como la gripe y hasta más complejas como la arteriosclerosis o el cáncer.

Además, se conocen beneficios cognitivos en el practicante de la meditación, como el control sobre las emociones y pensamientos, un estado mucho más ecuánime, relacionado con el desarrollo de la conciencia y una forma menos aprehensiva de interactuar con el ambiente y sus semejantes. Esto gracias a que, según Candace Pert, pionera en el estudio científico de la meditación, se liberan diversas sustancias químicas, como péptidos y proteínas de cadena corta, expresiones materiales en el organismo de los pensamientos y las emociones, que comprueban la relación directa entre mente y cuerpo, entre espíritu y materia.

Es por ello que, el doctor Gregg Jacobs, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, argumenta que sentarse con los ojos cerrados, en una cómoda posición, músculos relajados, haciendo una introspección al propio ser, como se hace en la meditación o en otras técnicas que abordan la relación mente-cuerpo (como la relajación muscular progresiva,  la autogénesis, la bio-retroalimentación, el Yoga o el Tai Chi), deben ir abandonando el campo de la medicina alternativa para incorporarse a la medicina tradicional moderna.

La meditación ofrece algunos beneficios, entre los cuales se encuentra, el control sobre sus emociones y pensamientos, desarrollando la conciencia y formas menos aprehensivas de interactuar con el ambiente y los demás.

Y es que, en conjunto con la medicina tradicional, técnicas como la meditación, son recetadas para mejorar diversos trastornos de la salud directamente relacionados con el estrés, también llamada “enfermedad del siglo XXI”, entre los cuales se encuentran: los dolores de cabeza crónicos, la lumbalgia, la indigestión, el insomnio, la hostilidad, la ansiedad, el alcoholismo o drogadicción y algunas formas de depresión.

Además, diversos doctores recomiendan la meditación para hacer más llevaderos algunos síntomas de enfermedades como: la hipertensión arterial, la arritmia y el colesterol alto, así como alivio en el proceso de curación de fracturas y heridas,  y  en la estimulación de la respuesta inmune ante el VIH/SIDA, mejorando la calidad de vida de las personas.

Igualmente, hacer oración también ha mostrado brindar beneficios en la salud de las personas. Tan es así que, se ha desarrollado la neuro-teología, rama de la neurociencia que estudia el componente neurológico de las experiencias religiosas. Donde, se han descubierto patrones electromagnéticos de la actividad cerebral que son activados por llevar a cabo tradiciones religiosas, comprobando que, también, llevar una vida espiritual, desarrolla habilidades como la concentración y la atención, actividades que se llevan a cabo en el lóbulo frontal del cerebro.

Para comenzar con una rutina de meditación, se debe buscar un espacio adecuado para su práctica, tranquilo, con el mayor silencio posible; puede hacerse  acostado o sentado, con las piernas extendidas o cruzadas, como la persona se sienta mejor; así mismo, controlar la respiración. Se deben hacer varias inhalaciones y exhalaciones pausadas y profundas, con el fin de relajar y oxigenar cada centímetro del cuerpo; se hace con los ojos abiertos fijos en un punto o con los ojos cerrados, pero con la única intención de llegar a un nivel de concentración plena.

De esta manera, la relajación del cuerpo se producirá espontáneamente y se podrá llegar a la tranquilidad de mente, teniendo en cuenta que, lo importante de la meditación es relajarse, limpiar nuestra vida de pensamientos y actitudes negativas y, de esta manera, lograr un mayor nivel de felicidad, lo cual, como se ha leído, beneficia enormemente nuestra salud.

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