Un alimento altamente saludable, conoce los beneficios de comer pescado
Está comprobado que, durante la cuaresma o a lo largo de la primavera, el consumo de pescado se incrementa casi 50% en gran parte de los países en los que, comúnmente, se como otro tipo de carne como la de pollo, res o puerco como parte de su alimentación y fuente proteínica básicas. Sin embargo, se sabe que, el pescado, es una las carnes más nutritivas que existen ya que, es tan versátil que puede prepararse de muchas formas y, al mismo tiempo, combinarse con todo tipo de alimentos, sin importar la época o las tradiciones.
Al respecto, expertos aseguran que, el pescado, es la carne más recomendable para incluirse en la dieta cotidiana de las personas, gracias a sus propiedades nutritivas, su bajo contenido en carbohidratos y gran aporte de proteínas y grasas insaturadas, que le otorgan un efecto protector al corazón, previniendo a su consumidor de enfermedades cardiovasculares. Igualmente, el consumo de pescado es recomendable en todas las edades y en las distintas etapas fisiológicas del ser humano: infancia, adolescencia, embarazo, lactancia, edad adulta y vejez.
Cabe mencionar que, hoy en día, se conocen más de 220 variedades de pescado comestibles mientras que, su valor nutricional, depende de factores tan variables como la estación del año, sexo, grado de madurez y tipo de alimentación del animal. Además, el contenido graso es mucho mayor en los pescados de agua salada que en los de agua dulce.
La mayoría de pescados son ricos en proteínas y aminoácidos, esenciales en la nutrición del ser humano; de la misma forma, se considera que el valor proteínico del pescado es igual al de la carne roja, pero con la particularidad de que es más digerible ya que, contiene menos tejidos nerviosos y sanguíneos. Además, es rico en ceniza, el material donde se encuentran minerales como: yodo, fluor, calcio, fósforo y magnesio, vitales para la salud del ser humano.
Igualmente, el pescado es rico en vitamina E, la cual es de gran valor nutricional ya que, posee una gran acción antioxidante, es decir, constituyen un factor protector frente a ciertas enfermedades degenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer, y contra enfermedades cardiovasculares e, incluso, contra el desarrolle del cáncer.
También, la ingesta de pescado se caracteriza por hacer frente a la diabetes. Lo anterior, se documentó en estudio, publicado por autores canadienses y realizado en 41 países de los cinco continentes, donde se observó que la presencia de diabetes mellitus, no dependiente de la insulina y acompañada de obesidad, es significativamente más alta en países con un consumo de pescado menor que en aquellos en los que se consume pescado de forma habitual.
Se conocen más de 220 variedades de pescado comestibles. De los cuales, su valor nutricional, depende de factores tan variables como la estación del año, sexo, grado de madurez y tipo de alimentación del animal.
Hay que resaltar que, en muchas especies de pescado, no todo su organismo es aprovechable para el consumo humano ya que, generalmente, sólo se utiliza la musculatura, mientras que el esqueleto, la piel y las vísceras se desechan o destinan para la alimentación animal. Por lo tanto, la porción que se desperdicia de un pescado común puede llegar hasta un 30 o 40 % de su peso total, lo cual provoca que se encarezca y, por lo tanto, sea de difícil consumo. Sin embargo, algunos pescados como el boquerón, las anchoas, las sardinas y los arenques, son ricos en calcio ya que, se suelen ingerir con espinas e, incluso, con la espina dorsal al ser muy pequeños.
En la actualidad, existen diversas formas de clasificar el pescado para el consumo humano: algunos lo hacen por su origen (de río o de mar) o por la cantidad de carne que se obtiene de ellos, sin embargo, para conocer su valor nutricional, nutriólogos y diversos expertos en el tema, lo hacen por su contenido graso, por lo que, se puede decir que el pescado se clasifica en:
1. Pescados blancos (o magros). Este tipo de pescado contiene poca grasa, se calcula que, del total del cuerpo, estos pescados solamente contienen entre 5 y 8 % de dicho elemento dañino para la salud. Entre ellos están la merluza, la pescadilla, el bacalao o el abadejo. Estos pescados se caracterizan por ser de consistencia suave y provocan menos reacciones alérgicas, condición que los hace ideales para la alimentación de bebés, niños pequeños y en la vejez. Sin embargo, se les conoce por ser menos sabrosos que otro tipo de pescado, justamente por su menor contenido graso.
Este tipo de pescado es rico en vitamina A, que ayuda en la formación y mantenimiento de dientes sanos y de los tejidos blandos y óseos, en las membranas mucosas y de la piel; vitamina D, encargada de regular el paso de calcio a los huesos, ayudando a prevenir enfermedades como la artritis o la osteoporosis; además, estos pescados contienen vitamina B12, necesaria para la integridad de la piel, las mucosas y, de forma especial, para la salud de la córnea, gracias a su actividad oxigenadora, siendo imprescindible para la buena visión. Igualmente, las huevas de esta clase de pescado contienen Omega-3, que aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre, lo cual ayuda en la curación de heridas, comunes y quirúrgicas.
2. Pescados azules (o grasos). Está comprobado que, más del 10% del cuerpo de estos pescados contiene grasa, lo cual, no necesariamente significan que sean dañinos a la salud, pero sí, la forma en la que se preparan puede ser nociva. Entre ellos se encuentra el salmón, el atún, la trucha, el arenque y las sardinas. Asimismo, expertos culinarios afirman que, su mayor contenido graso, los hace más ricos al paladar, pero que también producen mayores reacciones alérgicas en los comensales de estos pescados.
El atún, por ejemplo, es un pescado rico en ácidos grasos, Omega-3 y vitaminas A y D, por lo que se hace ideal en los campamentos o en situaciones de extrema necesidad como después de desastres naturales o en épocas de hambre; igualmente, la sardina es uno de los pescados más nutritivos y baratos en el mercado ya que, presenta un alto contenido en hierro y otros minerales.
Además, como se ha leído, la composición y cualidades proteínicas de los pescados, unida a su bajo contenido graso, sobre todo en el caso de los pescados blancos, los convierte, aseguran los expertos, en alimentos recomendados en caso de padecer gastritis, úlcera péptica, dispepsia o demás padecimientos en el tubo digestivo, siempre y cuando no se añada mucha grasa y condimentos irritantes durante su cocción. Asimismo, el pescado se puede encontrar tanto fresco como congelado, en salmuera, enlatado o en escabeche, conservando la mayoría de sus propiedades.
Sin embargo, cabe resaltar que, el pescado, apenas muere, tiene un proceso de degradación y putrefacción muy rápido por acción de hongos y bacterias, mismos que están presentes en la piel, las agallas y en los intestinos del animal, lo cual, en caso de ser ingerido en dicho estado, puede representar consecuencias en la salud.
Por ello, se recomienda asegurar que, antes de consumirlo o comprarlo, cuidar que el pescado, sin importar el tipo de cocción o forma de almacenaje, esté en buenas condiciones para su ingesta, siguiendo las siguientes recomendaciones: buscar que su olor sea agradable, un pescado con olor amoníaco, no debe ser comprado; procurar que, el cuerpo del pescado sea rígido, firme y brillante, así como sus ojos claros y brillantes; igualmente, que su piel sea suave y con escamas bien adheridas, acompañada de branquias claras y rojas y que, la carne del pescado, sea firme a la presión del dedo, por lo que, se dice, no debe dejar marca al retirar la presión. Si el pescado guarda dichas características, está listo para ser consumido y, al mismo tiempo, aportar grandes beneficios a su dieta y a su salud, sin importar el día o la temporada del año.