La primavera nos trastorna
Hoy, 21 de marzo, inicia la primavera en el hemisferio norte. En teoría, el frío queda atrás, los árboles y las plantas comienzan a florecer, los días se tornan más largos, abundan por todas parte las frutas y verduras frescas e, inevitablemente, nuestro organismo prácticamente se “revoluciona” ya que, hay cambios en las áreas cerebrales, que regulan los estados de ánimo, la temperatura, los procesos de sueño y vigilia, el apetito, la sed y la vitalidad de las personas. A continuación, los beneficios que, a la salud, le trae la llegada de la primavera.
Las personas sufren mucho durante el invierno como consecuencia del efecto de las bajas temperaturas, ya que el frío también influye en el tiempo de ocio y en la rutina diaria de los mayores, fomenta las infecciones en la garganta, provoca constantes contagios de gripa o molestias en las articulaciones y huesos. Por esta razón, el sol se convierte en una fuente de vida que aporta alegría y entusiasmo a cualquier edad con la llegada de la primavera.
Nutriólogos, aseguran que, la primavera es la estación ideal para introducir hábitos saludables en nuestra alimentación y, por consiguiente, mejorar la dieta. Esto debido a que el calor nos invita a tomar ciertos alimentos y platos que resultan frescos y coloridos con frutas y verduras, pescados, carnes magras, cremas frías, ensaladas, lácteos, juegos naturales y demás bebidas, como tés e infusiones que, al mismo tiempo, pueden prevenir el desarrollo de diversas enfermedades ya que, todo este tipo de alimentos, al ser antioxidantes, mejoran el metabolismo, regulan la digestión y fomentan la circulación optima de la sangre, frenando la evolución de enfermedades cardiovasculares.
En la primavera, a la mayoría de las personas les gusta salir a hacer ejercicio y, así, procurar una salud estable. Sin embargo, después de un invierno frío, la función de los órganos del cuerpo están en un nivel bajo y los músculos y los ligamentos son relativamente rígidos, por lo tanto se debe asegurar una preparación adecuada para iniciar una rutina de ejercicio en primavera.
Los expertos sugieren que el ejercicio en primavera debe limitarse a 30 minutos y, poco a poco, aumentar a una hora. Igualmente no es bueno realizarlo muy temprano, ya que al amanecer se presenta mayor contaminación atmosférica –debido a que las partículas dañinas se enfrían en la noche y, por consecuencia, bajan a la superficie- y, se corre el riesgo de que, cuanto más intenso sea el ejercicio, más aire contaminado se respire. Por otro lado, muy temprano se puede ser víctima de la polinización de las plantas y flores, la cual, se sabe, puede activar diversas alergias en primavera. Por todo esto se recomienda salir a hacer ejercicio en las tardes, justo en la puesta del sol; además, se dice que, es incorrecto realizar actividad deportiva después de la digestión nocturna ya que, no hay nada en el estómago y el azúcar en la sangre es generalmente baja provocando, incluso, problemas cardiacos de consideración.
La primavera es la estación ideal para introducir hábitos saludables en nuestra alimentación y, por consiguiente, mejorar la dieta con el consumo de frutas y verduras, pescados, carnes magras y la ingesta de agua.
A su vez, está comprobado que la primavera fomenta la práctica sexual y esto trae beneficios propios a la salud, si se hace de manera responsable. La doctora Nélida Sakalik, psiquiatra especializada en relaciones de pareja y titular del Centro Argentino de Psicodrama Psicoanalítico asegura que, en primavera, hay más enamoramientos ya que, el aumento de la temperatura provoca que haya mayor cantidad de estímulos, sobre todo visuales en las personas. Los expertos afirman que la percepción por la mirada —y la creación de imágenes fantasiosas— desencadena la actividad erótica. Y señalan que, el deseo se intensifica pues, en primavera, las personas solemos usar ropa más ligera y lucir más atractivos.
Aunado a ello, como lo explica el doctor Sergio Mario Aszpis, andrólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, aunque en la mayoría de las especies las funciones sexuales se limitan a un período definido de fertilidad, en el ser humano son continuas a lo largo del año y se acentúan en primavera. Esto gracias a la existencia de una relación entre el ciclo de exposición a la luz, que es mayor en primavera, con la glándula pineal y la hormona que secreta, la melatonina, la cual provoca que aumente la producción de testosterona y feromonas y , por consiguiente, que aumente el deseo sexual.
También es cierto, que al aumentar la actividad sexual, se incrementan las tazas de embarazo, y asimismo, se cree sin comprobación científica, puede crecer la infidelidad entre las parejas y, en muchos casos, el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
A pesar de ello, está comprobado que, algunas personas padecen la llamada depresión o Astenia de Primavera; condición que se debe a los cambios hormonales, propios de esta temporada, los cuales provocan altos niveles de vitalidad y que, a la postre, pueden derivar en ansiedad, euforia e hiperactividad, que por sí mismos, llevan al deseo de relacionarse con los demás. Esto no sería problema, sino llevara en ciertos casos y por situaciones específicas a la frustración: tanto por inactividad sexual, como para quien no tiene pareja y se afecta su autoestima en este tiempo o quien viven situaciones de insatisfacción sexual con la propia. También existen patologías que se exacerban como la agorafobia.
Además, durante la primavera, en los jóvenes se pueden producir desajustes académicos al sentir más vitalidad y ganas de hacer actividades fuera de casa, disminuyendo las ganas de concentrarse y estudiar ya que, con el calor aumenta el cansancio y la fatiga. Y, en los niños, la primavera puede aumentar los ataques de impulsividad, irritabilidad y enojo, debido a los cambios hormonales y la subida de temperaturas.
Así, la primavera llega con toda su luz y calor, y si bien esto mejora los estados de ánimo en general, puede afectar la piel de diferentes maneras, sobretodo de quienes viven en las grandes ciudades y se necesitan cuidados especiales en esta estación, por lo que se recomienda la utilización de jabones con un PH de alrededor de 5.5, similar al de la dermis, hipo-alergénicos, aptos para todo tipo de piel, con el fin de contrarrestar los efectos deshidratantes propios de la primavera.
Asimismo, al ser una estación de cambios, perder un poco de cabello es fisiológicamente normal durante primavera, sobretodo después de un lavado común que arrastra con todos los cabellos que habían terminado su ciclo vital, lo cual, cabe mencionar, no implica necesariamente un grado de alopecia. Por lo que, dermatólogos recomiendan, shampoo delicado –inclusive, si la caída es abundante, uno para niño puede resultar perfecto- y un masaje delicado durante el baño, que relaje el cuero puede ser altamente beneficioso. Pero, si la caída del cabello es abundante, se aconseja acudir con el médico: podría devenir de problemas orgánicos, como mal funcionamiento de la glándula tiroidea o una posible falta de hierro.
Igualmente, durante la primavera, se recomienda la ingesta de, por lo menos, dos litros de agua al día, con el fin de evitar niveles de deshidratación preocupantes para la salud; por último, diversos especialistas hacen un llamado a disfrutar de la primavera y su gran cantidad de luz solar realizando actividades recreativas, como hobbies, o relajantes como la meditación, el Yoga o el inicio de una vida espiritual, encaminadas a fomentar una salud física y mental equilibradas.