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Ergonomía: mientras más cómodo estés, mejor trabajarás

El trabajo, además de ser una necesidad básica para el sustento de las personas, permite bienestar individual y social a todo aquel que lo practica. Esto explicaría que una de las mayores preocupaciones de los individuos sea la búsqueda de un trabajo que les permita desarrollar sus potencialidades, generar vínculos con sus pares y sentirse útiles para la sociedad. Sin embargo, las condiciones psicosociales del individuo, como su ambiente laboral, pueden generar alteraciones en su salud mental, provocando baja productividad o estrés.

Se ha comprobado, por medio de diversos estudios psicológicos, que el ambiente laboral influye tanto en la cantidad, como la calidad de trabajo que una persona puede realizar, de ahí la importancia de que el ambiente laboral sea un lugar seguro, cómodo y agradable. Lo anterior como consecuencia de que, por mucho tiempo, el ambiente laboral se concibió como un lugar donde el único requisito físico para su existencia era que permitiera el desempeño del trabajador, dejando de lado aspectos como la limpieza, seguridad, comodidad, ruido, luminosidad, sanidad, etcétera.

Es por ello que, de acuerdo con la maestra Martha Guillén Fonseca, se ideó la ciencia llamada ergonomía; en ella, se estudian las habilidades humanas, sus limitaciones y características que son relevantes para el diseño de un ambiente laboral saludable. Por lo tanto, el diseño ergonómico, es la aplicación de estos conocimientos en herramientas, máquinas, sistemas, tareas, trabajos y ambientes seguros, confortables y de uso humano efectivo, a través de métodos y técnicas que se desprenden de la psicología, la medicina, el diseño, la arquitectura, la física y una serie de ciencias que, inevitablemente, interactúan en la construcción de un ambiente laboral saludable.

Cabe mencionar que la ergonomía, se enfoca al estudio, especialmente, de posturas de trabajo, sobreesfuerzo, manejo manual de materiales, movimientos repetidos, lesiones músculo-tendinosas (LMT) de origen laboral, diseño de puestos de trabajo, seguridad y salud ocupacional (que engloba áreas con respecto a la salud mental, emocional e incluso a la alimentación dentro de un ambiente laboral sano).

Gracias a esta ciencia, definida como tal por la Asociación Internacional de Ergonomía, desde el año 2000, y a una innumerable cantidad de estudios al respecto, entre los que se incluyen varios acerca del estrés laboral, hoy en día, muchas empresas han convertido su ambiente laboral en verdaderas oportunidades para modificar el esquema tradicional del trabajo en uno donde, el empleado, pueda desarrollarse con mayor comodidad y relajación y, así, aumentar el desempeño laboral, disminuyendo los episodios de ansiedad y estrés que, hoy en día, imperan en las sociedades modernas.

En palabras de Carla Bonatti, Maestra de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, un ambiente laboral saludable es aquel que promueve el bienestar personal, familiar y social de sus trabajadores a través del fomento de estilos de vida saludables (alimentación equilibrada, evitar el abuso del alcohol y el tabaco, ejercicio físico regular, etcétera); y, agrega que en un ambiente laboral ergonómico, se protege de riesgos físicos y psicológicos a todos y cada uno de los empleados y, sólo así, considera, la persona puede desarrollar sus actividades productivas-profesionales de manera más confortable.

Al respecto, el doctor Marcelo Trucco, Director Médico del Hospital del Trabajador en Santiago de Chile apunta que, la relación entre aquellos factores propios del trabajo y la salud se deben agregar todos aquellos que se producen entre el trabajo y la vida personal, familiar y social de cada trabajador, así como aquellas que surjan entre el ambiente laboral y las vulnerabilidades psicológicas y genéticas de cada individuo.

Lo anterior ya que, el trabajador indudablemente traslada, psicológicamente hablando, todos los aspectos que le hacen sentir cómodo en su hogar o seno familiar a su ambiente laboral donde buscará desarrollarse plenamente.

Se ha comprobado, por medio de diversos estudios psicológicos, que el ambiente laboral influye, tanto en la cantidad, como la calidad de trabajo que una persona puede realizar.

Uno de los aspectos importantes y que influyen en la productividad es la ambientalización con música adecuada al tipo de empleados,  o con cierto tipo de colores, pasivos o neutrales,  pueden significar un gran aporte a la construcción de un ambiente laboral saludable.

Por otro lado, la Terapeuta Ocupacional de la Universidad de Chile, Beatriz Galdámez, expone que, si bien una persona mentalmente sana, que en un momento determinado se siente insatisfecha con su ambiente laboral, puede pensar positivamente y tomar determinaciones para mejorar su condición. Y asimismo, una persona con antecedentes de depresión, alteraciones de la personalidad u otro tipo de enfermedad metal, en un ambiente laboral sano, pueden aumentar las posibilidades de aliviar su condición con mayor facilidad.

En ese mismo sentido, Bonatti afirma que, los factores psicológicos que fomentan más el estrés en los trabajadores, con respecto a su ambiente laboral y que la ergonomía ha tratado de minar, son: - La sobrecarga cuantitativa, demasiado quehacer, presión de tiempo y flujo de trabajo repetitivo y mecanismos que fomenten una apreciación mecanicista del trabajador, lo cual, a la postre, aumenta los niveles de estrés, ansiedad y depresión. - Insuficiente carga cualitativa, falta de creatividad o escasas oportunidades de interacción social, espacios donde el individuo se le aísla en sus actividades y se le impida el intercambio con sus compañeros, generando pasividad o tristeza en los trabajadores.

    - Conflicto de roles, la asignación de varias jerarquías en un mismo ambiente laboral ya que, los empleados, sienten de manera muy marcada el ser superior de unos y la condición subordinada de otros al mismo tiempo, situación que, potencialmente, puede generar ataques de ira, peleas e, incluso, una serie de conflictos que pueden trascender más allá del ambiente laboral.

    Además, se menciona que, en un ambiente laboral saludable, se debe considerar, por encima de otras cuestiones, la interacción plena de los empleados con sus propios espacios personales. Mismos que, la ergonomía, estructura de la siguiente forma:

    1. El espacio privado, en el cual se despliega lo íntimo de las personas, por ejemplo, la adaptación de baños, camerinos, salas de relajación o espacios de aseo personal adecuados, con respecto al número de empleados en cada empresa, sus gustos y necesidades.

    2. El espacio de proximidad, en el cual se comparten lugares y experiencias con los compañeros, siempre y cuando respeten el espacio vital entre cada uno de ellos, con el fin de evitar ansiedad o estrés por exceder la cercanía o lejanía necesariamente indispensable.

    3. El espacio público, donde cada persona tiene un lugar privilegiado dentro de aquel que le pertenece a todos por igual, es decir, la creación de “cuadros de excelencia o puntualidad”, un calendario de cumpleaños, periódicos murales en común o donde se resalten los logros de cada uno o, en todo caso, que se compartan los fracasos, con miras a la mejora grupal de la producción. Todo ello, podrá fomentar la autoestima y la motivación, no sólo personal, sino empresarial.  Todo ello, se recomienda, apuntalado con gratificaciones o reconocimientos físicos y monetarios.

    4. El espacio global, la creación de mecanismos adecuados para que, los individuos no se sienta alejados de la naturaleza y urbanidad que les rodea, por medio de la implementación de ventanas, tragaluces o cualquier mecanismos que deje entrar la luz solar, corrientes de aire fresco, tuberías de calefacción o ambientación del espacio laboral con respecto a la época del año que se está viviendo. Lo cual, además de ser saludable, puede fomentar la participación y convivencia grupal.

    Y, de manera terapéutica, la ergonomía también exhorta la actualización o modificación del mobiliario de trabajo por aquellos que puedan evitar lesiones, malas posturas, dolores de cabeza, espalda u ojos en los empleados; todo ello ya que, apunta la maestra Guillén Fonseca, puede generar, con el tiempo, estados de fatiga, depresión o, incluso, de obesidad en el cuerpo laboral, como consecuencia del sedentarismo y el poco trabajo cardiovascular imperante en las oficinas de la actualidad. Hecho que, también, puede generar la presencia de enfermedades cardiacas.

    Asimismo, especialistas en la ergonomía, recomiendan que, los ambientes laborales fomenten una perfecta nutrición, la práctica de ejercicio o de actividades lúdicas que combatan, de una u otra forma, los efectos de la obesidad y la pasividad. Aunado al establecimiento de horarios fijos para la ingesta de alimentos y espacios adecuados para llevar a cabo cualquier tipo de dieta (con hornos de microondas, refrigeradores, cocinetas, mesas, cubiertos, agua, productos de limpieza e higiene, etcétera) o el consumo de té, café o diversas infusiones, con miras a poner en práctica algunas cualidad medicinales de éstas. Además, de una correcta ubicación de salidas de emergencia y botiquines, buscando la tranquilidad de toda la planta laboral y, al mismo tiempo, prever su salud en situaciones de emergencia.

    Ahora bien, la empresa puede proporcionar todos los medios y formas para un correcto desempeño laboral y protección de la salud, pero es el individuo el responsable tanto de elegir un ambiente laboral sano y seguro, como el de fomentarlo en lo individual y en grupo.

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