Todos los niños pueden mostrarse rebeldes de vez en cuando, particularmente cuando están cansados, hambrientos, con estrés o alterados. En estos casos, los niños pueden discutir, desobedecer y desafiar a los padres, maestros y otros adultos; esta conducta es a menudo una parte normal del desarrollo de los niños de dos o tres años y cuando llegan a la adolescencia. Sin embargo, la hostilidad se convierte en un asunto serio cuando es tan frecuente que sobresale al ser comparado con el de otros niños de la misma edad, y cuando ésta afecta la vida social, familiar y académica del niño.
En los niños que sufren de un trastorno de desafío y oposición existe un patrón de falta de cooperación y comportamiento hostil hacia la figuras de autoridad, mismo que interfiere seriamente con el desarrollo del niño. Los síntomas del Transtorno de Desafío y Oposición pueden incluir:
- Berrinches frecuentes
- Discusiones con adultos
- Negación a cumplir con las reglas
- Intentos deliberados por molestar y fastidiar a la gente
- Culpar a otros por sus propios errores y mal comportamiento
- Enojos constantes con otros niños
- Irritación y resentimiento
Los síntomas del transtorno de oposición y desafío se pueden mostrar en múltiples situaciones, pero suelen ser más evidentes en el hogar o en la escuela. Las causas se desconocen, pero se cree que factores biológicos y del ambiente pueden jugar un papel importante en el desarrollo de este problema.
Un niño que presenta los síntomas del transtorno de desafío y oposición puede ser llevado con un especialista para realizar una evaluación que permita comprender las causas del mal; Es importante buscar otros desórdenes que puedan estar presentes, como el transtorno de déficit de atención, hiperactividad, problemas con el aprendizaje, depresión, un desorden bipolar o ansiedad.
El tratamiento para el transtorno de desafío y oposición en los niños puede incluir programas de adiestramiento a los padres para ayudarlos a manejar el comportamiento del niño, psicoterapia individual para que el niño desarrolle un control más efectivo del coraje, psicoterapia familiar para mejorar la comunicación, terapia cognoscitiva de comportamiento para asistir en la solución de los problemas y disminuir la negatividad, así como un entrenamiento en las destrezas sociales para aumentar la flexibilidad y mejorar la tolerancia de la frustración con sus pares.
Tratar con un niño que sufre de un transtorno de desafío y oposición puede ser muy difícil para los padres, pero ellos pueden ayudar al niño de las siguientes maneras:
- Elogiar y reforzar positivamente la buena conducta del niño.
- Establecer límites razonables y apropiados, con consecuencias y castigos que puedan aplicarse consistentemente sin dañar al niño.
- Obtener el respaldo de otros adultos (maestros, entrenadores y pareja) para tratar con el niño.
- Manejar su propio estrés con ejercicio y relajación.
- Los padres pueden pedir a su pediatra o médico de familia que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quienes podrán diagnosticar y tratar cualquier condición siquiátrica co-existente.