El número creciente de divorcios y los cambios en los patrones familiares han dado lugar a un número creciente de “segundas familias”, mismas que deben hacer frente a muchos retos. Como cualquier otro logro, el desarrollo de buenas relaciones en la nueva familia requiere mucho esfuerzo. Cada uno de los miembros de estas familias ha experimentado pérdidas, por lo que se debe trabajar para ajustarse a una nueva situación y una nueva vida.
Los miembros de la nueva familia combinada necesitan crear vínculos fuertes entre ellos, de la siguiente manera:
- Tomando decisiones en familia
- Fomentando y fortaleciendo las nuevas relaciones entre padres, padrastros, hijastros y hermanastros
- Manteniendo y fomentando la relación con los padres naturales
Aunque estos problemas son difíciles de resolver, la mayoría de estas familias logran resolverlos. Pero debe considerarse la posibilidad de acudir con un especialista si los niños manifiestan algunas de las siguientes señales:
- Se siente permanentemente dividido entre los dos padres y las dos familias
- Se excluye de todo
- Tiene sentimientos de culpabilidad, ira o enojo
- Se siente inseguro sobre lo que es correcto e incorrecto
- Se siente siempre incómodo con los miembros de su nueva familia
Además, si los padres observan que los síntomas siguientes persisten, deben de considerar una evaluación psiquiátrica del niño y la familia:
- El niño se desahoga y dirige su ira hacia un miembro en particular de la familia
- El niño llora con frecuencia
- Algunos miembros de la familia dejan de disfrutar de sus actividades normales
Los psiquiatras de niños y adolescentes han sido adiestrados y son expertos en evaluaciones siquiátricas comprensivas tanto del niño como de la familia si se desarrollan problemas serios.