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Los mensajes de texto dificultan la aceptación de palabras nuevas

El teléfono celular se ha vuelto un objeto necesario para muchas personas. Con los diversos avances tecnológicos, el celular ya no solo sirve para hacer llamadas, también tiene la capacidad de enviar videos, audio, escribir mensajes o navegar por Internet.

Sin embargo, varios estudios han señalado que el uso excesivo de los teléfonos celulares puede provocar que las personas tengan insomnio o sean más proclives a tener episodios de estrés y ansiedad.

Además de estos estudios, una investigación realizada por investigadores de la Universidad de Calgary (en Canadá), ha comprobado que las personas que leen con frecuencia los mensajes de texto de su celular tienen mayores dificultades de interpretar y aceptar nuevas palabras, siendo este un grave problema para su aprendizaje lingüístico.

Anteriormente se creía que los mensajes de texto enviados al celular o escritos en las redes sociales como Facebook o Twitter, flexibilizaban el uso del lenguaje, permitiendo que los usuarios de estas tecnologías aprendieran y usaran con mayor rapidez las nuevas palabras.

Sin embargo, con el estudio de la Universidad de Calgary se contrapone dicho ideal. Para lograr esta conclusión, los investigadores encuestaron a un grupo de estudiantes sobre sus hábitos de lectura, ya sea desde la lectura de libros, revistas, periódicos y los mensajes de texto que recibían en sus celulares.

Los estudiantes que reconocieron escribir más mensajes de texto rechazaban más palabras, en lugar de reconocerlas como posibles palabras

Además de interrogar a los estudiantes, los investigadores les presentaron diversas palabras que eran tanto reales como ficticias, ello con el fin de observar si podían aceptarlas e interpretarlas.

Al finalizar la investigación se descubrió que los estudiantes que tenían como hábito de lectura revisar los mensajes de texto tuvieron mayores problemas al momento de interpretar y aceptar las palabras presentadas. En cambio, los estudiantes que leían libros, revistas o periódicos de manera cotidiana no tuvieron ningún problema para aprender las nuevas palabras.

La investigadora Joan Lee, encargada de dirigir el estudio, señala que “nuestra suposición sobre los mensajes de texto era que animaba a utilizar el lenguaje sin restricciones. Sin embargo, demostramos que era un mito”.

Lee indica que los resultados del estudio mostraron que “los estudiantes que reconocieron escribir más mensajes de texto rechazaban más palabras, en lugar de reconocerlas como posibles palabras”.

Argumenta que “los mensajes de texto están asociados con rígidas restricciones del lenguaje que hacen que los estudiantes rechacen muchas de las palabras en este estudio”, siendo la principal razón por la cual no pueden interpretar y aceptar las nuevas palabras que se les puede presentar en su entorno social, dificultando el funcionamiento del sistema lingüístico.

Para evitar problemas con el aprendizaje, Lee recomienda que es necesario que las personas lean los textos en formato impreso tradicional, como es el caso de los libros, revistas o periódicos, ya que permite a los lectores estén expuestos a un lenguaje variado y creativo, facilitando la interpretación de nuevas palabras.

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