La violencia y el acoso provocan envejecimiento prematuro en niños
Uno de los principales problemas que enfrenta la sociedad es el bullying, término usado para señalar el acoso y el maltrato que puede sufrir un niño o adolescente en su entorno social, en especial, en la escuela, institución en donde generalmente se manifiesta este problema.
Además del bullying, la violencia familiar es otro problema que ha crecido en el mundo y que afecta físicamente y emocionalmente a los niños, mermando su confianza y que sean proclives a la depresión y a la ansiedad.
Aunque la violencia y el acoso que sufren los niños afecta su autoestima, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Duke encontró que los niños que son expuestos a la violencia y al acoso tienen más riesgo de sufrir envejecimiento prematuro y ser proclives a desarrollar otras enfermedades.
El estudio analizó la información de 1,100 familias cuyos hijos eran gemelos. El estudio inició en la década de los 90 a partir del nacimiento de los gemelos. Cuando los niños cumplieron 5 y 10 años se les recogió una muestra de sangre para estudiar su ADN, en especial, analizar la cantidad de telómeros que tenían.
Los telómeros son secuencias especiales del ADN que se encuentran en la punta de los cromosomas. La función de los telómeros es evitar que el ADN se deshaga.
Los niños que tienen telómeros más cortos son más proclives a padecer envejecimiento prematuro
Sin embargo, se ha visto que la vida de los telómeros se acorta cada vez que las células se dividen. Si una persona tiene telómeros cortos tiene más riesgo de sufrir enfermedades crónicas.
Aspectos como el estrés, la obesidad y trastornos de salud mental pueden acortar la vida de los telómeros y, en consecuencia, empeorar la calidad de vida de la gente.
En lo referente al estudio, al analizar la sangre de los niños, los investigadores encontraron que los infantes que habían estado expuestos a la violencia familiar y al acoso tenían telómeros más cortos que los niños que no han sufrido este tipo de problemas.
Según el estudio, los niños que tienen telómeros más cortos son más proclives a padecer envejecimiento prematuro, además de otras enfermedades crónicas como la diabetes o el deterioro cognitivo.
El profesor post-doctoral Idan Shalev, principal autor del estudio, señala que “esta es la primera vez que se ha mostrado que nuestros telómeros pueden recortarse a una tasa más rápida a una edad verdaderamente temprana, mientras los niños aún experimentan estrés".
El estudio sugiere que es importante evitar que los niños estén expuestos al acoso y a la violencia familiar, ya que es la única manera para evitar el desgaste de los telómeros y, en consecuencia, que la calidad de vida de los niños se agrave tempranamente.