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Hacer ejercicio reduce el apetito

No es ninguna sorpresa decir que el ejercicio es uno de los hábitos más importantes y saludables que podemos llevar a cabo en nuestra vida. El ejercicio permite quemar la grasa que se aloja nuestro cuerpo y ayuda a tonificar nuestras articulaciones.

Además de mejorar nuestra apariencia física, el ejercicio es una actividad que ayuda enormemente a la persona en un plano emocional, ya que se sabe que el ejercicio incita la liberación de endorfinas, hormonas que mejoran el estado de animo.

Sin embargo, es común pensar que cuando hacemos ejercicio, el desgaste físico que experimentamos se debe suplir comiendo más alimentos. Incluso, muchos deportistas de alto rendimiento, tienen una dieta rica en calorías que les ayuda a recuperar la energía que gastan al ejercitarse.

Te decimos esto porque un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brigham Young encontró que el ejercicio moderado no incita a que queramos comer, sino todo lo contrario, puede reducir nuestro apetito.

El ejercicio no sólo afecta el gasto energético, sino que también podría cambiar la forma en que las personas responden a las señales alimentarias

Para llegar a esta conclusión, se analizó la actividad cerebral de 18 mujeres con peso normal y 17 mujeres con sobrepeso u obesidad. La investigación requirió que las mujeres, sin importar su peso, caminaran a paso veloz en una caminadora durante 45 minutos, posteriormente se les presentaron una serie de fotografías de comida. Durante la presentación de las imágenes, se monitoreo su actividad cerebral

Después de una semana de haber realizado esta prueba, se volvió a analizar la actividad cerebral de las mujeres, sin embargo, no se requirió que hicieran ejercicio.

Además de observar la actividad cerebral de las mujeres, los investigadores pidieron a las mujeres que describieran cómo era su alimentación y cuánto tiempo le dedicaban al ejercicio.

Al comparar los resultados de las pruebas, se encontró que las mujeres que hicieron ejercicio moderado durante 45 minutos no sintieron hambre cuando vieron las imágenes de comida.

Asimismo, se descubrió que las mujeres que se ejercitaron antes de observar las fotografías no comieron de más para compensar la energía que gastaron en la caminadora.

James LeCheminant, principal autor del estudio, señala que “este estudio provee evidencia de que el ejercicio no solo afecta el gasto energético, sino que también podría afectar la forma en que las personas responden a las señales alimentarias".

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