El chocolate, alimento de los dioses
El chocolate ha sido acusado de causar sobrepeso, barros y espinillas, de ser un alimento vacío, sin ningún valor alimenticio y, en general, ser una golosina más dentro de las confiterías. Sin embargo, tiene propiedades antioxidantes y estimulantes que lo hacen no sólo delicioso sino favorable para la salud y para sentir placer.
La materia prima para la fabricación de chocolate es el cacao, una planta de origen mesoamericana, la cual contiene beneficios, como también ocurre con otros vegetales oscuros de su tipo. La riqueza nutrimental del chocolate proviene de los flavonoides, que actúan como antioxidantes. Los alimentos antioxidantes protegen al cuerpo del envejecimiento causado por los radicales libres, que pueden producir daños capaces de generar incluso enfermedades cardíacas.
Los flavonoides son sustancias grasas que corren en el torrente sanguíneo, evitando la oxidación y la obstrucción de las arterias, y hacen que las plaquetas de sangre sean menos propensas a pegarse y formar coágulos.
Igualmente, el chocolate aporta diversos minerales como hierro, potasio y magnesio, ácido fólico, vitaminas, feniletilamina, compuesto que genera una energía positiva, similar a la que se produce durante el proceso de enamoramiento.
Asimismo, incentiva la secreción de hormonas y estimula la producción de endorfinas, dando sensación de placer; promueve la generación de serotonina en el sistema nervioso, con lo que logra suavizar los síntomas de depresión y entre sus componentes están la teobromina y la cafeína, además de otros de carácter estimulante, que le dan propiedades a tal grado que en algunas culturas en considerarlo afrodisíaco.
El chocolate negro, u oscuro, es especialmente bueno para el corazón, gracias a que contiene mucho más cacao que cualquier otro preparado con excesos de azúcar o leche. Un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo demostró que, comer chocolate al menos dos veces por semana reduce en un tercio el riesgo de mortalidad cardiovascular, luego de que ya se ha producido un ataque cardíaco.
Otro beneficio del chocolate negro es la disminución de lipoproteínas de baja densidad (LDL), en hasta un 10% (que son las que provocan la acumulación de colesterol en la venas).
Comer chocolate incentiva la secreción de hormonas y estimula la producción de endorfinas, dando sensación de placer y enamoramiento.
Además, el contenido de óxido nítrico en los granos de cacao, es otro aliciente para el consumo de este alimento ya que, dicha sustancia desempeña un papel tan importante en el mantenimiento de la presión arterial y, a su vez, la salud cardiovascular, apunta el doctor Norman K. Hollenberg, médico y profesor de medicina la Escuela de Medicina de Harvard.
Si bien el chocolate contiene grasa, sólo una tercera parte tiene la capacidad de impactar negativamente tus niveles de colesterol. La composición de la grasa del chocolate se divide en 1/3 de ácido oléico (una grasa monoinsaturada que también se encuentra en el aceite de oliva, como lo indica su nombre), 1/3 de ácido esteárico (una grasa saturada, pero estudios han mostrado que tiene un efecto neutral en el colesterol) y 1/3 de ácido palmítico, el que en verdad provoca que la ingesta de este alimento debe ser moderado.
Otros de sus valiosos componentes, la teobromina, es estimulante del sistema nervioso central, posee efectos relajantes sobre el músculo liso; además, el cacao cuenta con propiedades broncodilatadoras que, desde la época de los mayas, han hecho de esta planta la base para remedios caseros contra la tos. En resumen, bien lo decían nuestros antepasados, el chocolate es el “alimento de los dioses”.