El botulismo es una infección poco común pero potencialmente mortal, causada por toxinas que son producidas por una bacteria llamada clostridium botulinum, y que son las más poderosas conocidas por la ciencia. Atacan el sistema nervioso provocando una parálisis que, de no ser tratada a tiempo, puede extenderse a los pulmones y causar una insuficiencia respiratoria seguida de la muerte.

Se han detectado 3 diferentes causas por las que se puede contraer el botulismo:

Botulismo transmitido por alimentos

Es causado por comer alimentos que están contaminados con la toxina botulínica, ya sea por estar mal enlatados o mal conservados.

Botulismo infantil

El botulismo infantil se llega a dar cuando un niño traga las esporas de la bacteria botulinum. Las esporas producen toxinas en sus intestinos. Sin embargo, el botulismo infantil por lo general sólo afecta a bebés que son menores a los 12 meses de edad, ya que después del año de vida, los niños desarrollan una defensa contra este tipo de esporas.

Botulismo por heridas

Se produce cuando una herida se infecta con esporas de botulismo. También se da como resultado del tejido dañado por el consumo de heroína o cocaína inyectadas.

Si se detecta a tiempo y se trata de inmediato, la probabilidad de recuperación del botulismo es generalmente buena, pues las antitoxinas han tenido mucho éxito en el tratamiento de la enfermedad.

El botulismo no es contagioso y no se puede transmitir por contacto de persona a persona.