En la mayoría de los casos, el Reflujo Gastroesofágico (RGE), también conocido como acidez, puede ser diagnosticado por el médico al preguntar sobre los síntomas que se presentan en el paciente. Generalmente no son necesarias más pruebas, pero para casos en los que el diagnóstico de acidez incluye complicaciones, existen distintos procedimientos para complementar el resultado. El más común: la endoscopia.

Endoscopia

Una endoscopia es un procedimiento de diagnóstico en el que el interior del estómago es examinado directamente con una cámara que se introduce a través de un tubo delgado y flexible que graba imágenes del recorrido y las proyecta en un monitor externo.

Para confirmar un diagnóstico de reflujo gastro-esofágico, el endoscopio se inserta en la boca y baja a través de la garganta. Aunque el procedimiento normalmente se lleva a cabo mientras el paciente está despierto, puede que se dé un sedante para ayudarlo a relajarse.

A través de una endoscopia puede saberse si la superficie del esófago ha sido dañada por el ácido del estómago. También se puede utilizar para descartar condiciones más graves que pueden causar también acidez estomacal como síntoma, como el cáncer de estómago.

Endoscopia Negativa por Reflujo

En alrededor del 30% de los casos, una endoscopia no encuentra pruebas de ningún problema grave, a pesar de la presencia de los síntomas de la acidez. A este diagnóstico se le conoce como endoscopía negativa por reflujo, y es tratado como cualquier otro tipo de acidez común.